La maternidad es en sí misma bella, y se merece que la disfrutemos.
Comienza el año y yo me reencuentro con un tema que está aún vivo.
Y es que yo no sé cómo habrá sido para ti, pero a mí al dar a luz me cayó encima el peso pesadísimo de “la madre sacrificada” y es tan pesado que debo estar muy atenta y presente para no caer con él (hacia abajo). ¿A ti no te pasa? Pues a veces yo noto un poco “el ladrillo” y con él la falta de claridad mental. Comienzo por sentirme agotada, con el pensamiento lento, queriendo hacer 10 cosas a la vez… Y entonces caigo, me doy cuenta de que me he ido de mí. Me postergué, no respeté mis propios límites y ahí estoy de nuevo. Por suerte sé volver a ocupar mi lugar y cada vez es más fácil.
¿Cómo me centro? Voy al cuerpo, a sentirme, a moverme con amabilidad (tú ya sabes a qué me refiero) y así me regulo. Presto atención a mi respiración, al contacto de mis pies en el suelo, al reparto de mi peso en ese instante, bebo agua, comienzo a moverme con lentitud y si puedo me voy al suelo a practicar ni que sea un trozo de alguna lección de Feldenkrais(esto tiene un link que lleva a FaceTime). A veces recurro a mi tarjeta sensorial, hago mis dinámicas de danza, coaching, etc y transformo esa energía.
Aunque te hago una confesión: No siempre es tan fácil, a veces necesitamos a otras personas para corregularnos. Cuando mis hijas tenían alrededor de 6 meses ya no pude más y busqué acompañamiento, elegí a una psicóloga maravillosa que supo ver lo importante que era en mi vida el movimiento y el cuerpo, así que “mis deberes” estaban orientados a que conectara de nuevo con él. Esto me trajo mucho equilibrio y regulación emocional, fue el inicio de mi propio estudio en esta etapa maternal, para hoy mostrarme con lo que yo tengo para ofrecer: enseñarte a volver a la calma a través de tu cuerpo con amabilidad.
En 7 semanas “era otra” (por supuesto nunca la de antes de parir, sinceramente creo que la maternidad es un camino evolutivo): pasé del “sacrificio” a verme y darme mi lugar. Fui capaz de tener la conversación incómoda con mi pareja titulada “quiero volver a Tenerife, necesito estar cerca de mi familia” (por si no lo sabes yo vivía en Catalunya), e incluso acompañar y gestionar los diferentes estados que esto trajo consigo.
Te cuento esto para mostrarte que la maternidad me ha traído (y trae) MUCHO aprendizaje y es algo continuo que se va desarrollando.
- La maternidad es en sí misma bella, y se merece que la disfrutemos.
El cuerpo es el campo de las acciones, los besos, abrazos, risas y también del cansancio, soledad, sobrecarga… Todos conviven en tu cuerpo.
Es importante sentir tu cuerpo para salir del bucle del sacrificio, del dejarte para después, del no ocupar tu lugar, del no decir lo que realmente necesitas o deseas.
Puedes ir al gimnasio, ponerte crema después de la ducha dedicando ese rato para ti, salir con amigas, ir a pasear tú sola… pero esto sólo te sirve de verdad si prestas atención a tus sensaciones corporales y esto amiga se aprende.
Por esto nació el Círculo de Madres Maternar en Continuum. Presencial en Tenerife en El Proceso.
¿Y tú qué opinas? ¿Alguna vez te has sentido bajo “el ladrillo”? ¿Crees o has sentido que el cuerpo puede ofrecerte la calma que necesitas?
Hoy quiero ofrecerte una sesión individual online (totalmente gratuita) que he llamado Abrir la mirada para que puedas aprovechar los recursos que YA TIENES en tu día a día para centrarte. Te irás clarificada y con una visión amplia, fuera del modo supervivencia que sólo ve el problema.
Estaré encantada de encontrarte cuando tú elijas.
Te abrazo.
Si quieres esta sesión haz click aquí y escoge el horario que mejor te venga.