Está lloviendo a mares, el cielo se ilumina y ruge, una de las niñas se ha despertado con fiebre y me he descubierto en la queja.
En estas fechas parece que la energía está en “comenzar de nuevo” como si hubiera una nube de humo como en el programa Lluvia de estrellas, ¿te acuerdas? Pues no es así, lo que viene siendo continúa y si hay algún comienzo ese será interno, no hay magia, ni ritual de año Nuevo que funcione si no nos comprometemos con ello, esto ya lo sabes.
Por eso (desde el comienzo del año 2017) yo no me hago “propósitos” tal que así, sino que mi planteamiento es ¿Qué quiero ofrecer a este año? Dar la vuelta, ofrecer en vez de pedir. Estoy segura de que tú esto ya lo has pensado antes.
Este año mi reflexión está siendo ¿Qué me quiero dar en 2023? (Partiendo de la base que lo que sólo puedo dar aquello que me doy a mí misma). Así que te la traslado: ¿Qué te quieres dar este año? De tú a ti, honestamente, sin ceder tu poder, ni sobre exigirte.
Y obvio, pasarlo por el cuerpo.
Yo me voy a conceder un año con menos queja, que me lo merezco, nos lo merecemos. Así que toca prestar mucha atención a mi pelvis y mandíbula, mimarlas, liberarlas, observarlas pues ellas son las encargadas de avisarme si llega ese patrón antiguo, ¡y así jugar!
¿Qué te quieres dar este año? ¿Qué sensaciones corporales quieres que te acompañen?
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